En tus cuentos recuérdame bonito, en ellos escribe de mis historias incompletas y mis tonterías, escribe de nuestras coincidencias y nuestras excusas. No me dejes en cualquier servilleta, escríbeme muchas veces y no te olvides de mí.
Invéntate otro nombre, pero no cambies el mío. Cuenta lo que se te venga a la cabeza, recuérdame como se debe, o deja todo intacto como la primera vez que decidiste escribirme.
No me borres si no te da la gana, y si llegas a borrarme acuérdate de mí, que te borré tantas veces y que hoy te escribí.
