Te he dicho tantas veces adiós que ya me toca cumplirlo.
La primera vez que me despedí de ti fue porque así tenía que ser, no quería trampas ni tampoco silencios, pero volviste en un abrir y cerrar de ojos.
La segunda despedida fue diferente, era justa y necesaria aunque volviste en cuestión de días.
La tercera ya parecía broma, estábamos buscándonos, buscando la manera de encontrarnos, otra vez no nos queríamos ir.
La cuarta despedida era la definitiva, la que incluía dos regalos y la mejor carta que alguien va a escribirte, pero no nos fuimos ahí seguimos, ahí nos quedamos.
La quinta pasó porque tenía que pasar, pasó con excusas con mentiras y con testigos, te dije adiós cerré la puerta y esperé no volverte a ver.
Te he dicho adiós tantas veces que ya me toca cumplirlo.
Mi felicidad entre paréntesis 
en el tema de las despedidas, aunque no un poeta formal pero sí un poeta y grande que fué José Alfredo Jimenez nos deja, El último trago.
Tomate esta botella conmigo,
y en el ultimo trago nos vamos,
quiero ver a que sabe tu olvido,
sin poner en tus ojos mis manos,
esta noche no voy a rogarte,
esta noche te vas de de veras,
que difícil tener que dejarte,
sin que sienta que ya no me quieras,
nada me han enseñado los años,
siempre caigo en los mismos errores,
otra vez a brindar con extraños,
y a llorar por los mismos dolores.
Tomate esta botella conmigo,
y en el último trago me besas,
esperamos que no haya testigos,
por si acaso te diera vergüenza,
si algún día sin querer tropezamos,
no te agaches, ni me hables de lado,
simplemente la mano nos damos,
y después que murmure la gente,
nada me han enseñado los años,
siempre caigo en los mismos errores,
otra vez a brindar con extraños,
y a llorar por los mismos dolores,
tomate esta botella conmigo,
y en el ultimo trago nos vamos
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